Datos personales

domingo, 8 de noviembre de 2009

"Carta a un joven profesor"- Punto B

B-

“Está usted mirando hacia afuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie…No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo.” (Rainer Maria Rilke. Cartas a un joven poeta.)

“Todas las mañanas hay que retomar el camino a clase, aunque prefiramos hacer otra cosa, no hayamos tenido tiempo de preparar las clases, tengamos el miedo metido en el cuerpo o el cansancio y el desánimo se apoderen de nosotros.”(Pág. 13)

He sentido por un momento que Philippe Meirieu ha dado un paseo por mi mente. Al comenzar a leer este libro tuve la sensación de que no estoy sola en el camino de ser docente y que mis miedos y cuestionamientos son comunes a todos mis futuros colegas.

Nadie dice que el camino de ser docente es fácil y creo que Meirieu, a lo largo de este libro, ha intentado mostrarnos que a pesar de todas las dificultades que uno encontrará, siempre hay que priorizar aquello que nos ha acercado a esta profesión. Ante todo hemos elegido enseñar. Entramos en el profesorado porque llevamos dentro una inquietud constante. Una esperanza de que tal vez algún día podamos hacer de este mundo, un mundo más lleno de honestidad y hermandad. Porque creemos que el futuro del mundo son los niños y los adolescentes que habitan las escuelas y sentimos la necesidad de acercarnos a brindarles “algo”, como dice Meirieu, algo que marca la diferencia, que no sabemos bien que es, pero que le da sentido a nuestro proyecto de enseñar.

“(…) un profesor (…). Tiene una manera especial de mirar el mundo. (…) el profesor se dedica a enseñar.” (Pág. 15)

El primer obstáculo que se nos presenta en el mundo de la docencia es la controversia existente entre la enseñanza en primaria y la enseñanza en secundaria. Ser maestros/as o ser profesores/as. Meirieu plantea esta confrontación de una manera muy inteligente, haciéndonos ver que en realidad esas barreras se han creado en el “imaginario colectivo” y que debemos poner el esfuerzo en romperlas ya que el centro de nuestra labor no es discutir acerca de ser maestros o profesores, sino que el centro de nuestra profesión debería ser como generar, en todos los niveles, la transmisión del saber y como proporcionarle al estudiante las herramientas para hacerlo propio. “Enseñar es organizar situaciones de aprendizaje eficaces”. (Pág. 56)

“Estoy convencido de que si actualmente sois profesor es porque un día u otro, durante vuestra escolarización, conocisteis a algún profesor cuya voz todavía resuena dentro e vosotros.”(Pág. 31)

Toda la vida seguimos siendo el alumno del maestro que nos ha abierto la puerta del saber.” (Pág. 32)

Todos conservamos en nuestro interior a aquella persona que nos ha “abierto el camino” hacia aquello que hoy en día tanto amamos. Es más, en esa persona uno veía su futuro reflejado y deseaba tal vez algún día llegar a ser lo más parecido y poder transmitir y brindarle a un estudiante todo lo que a uno le habían brindado. Como dice Meirieu, “hacer vivir a los demás el acto creador que hemos vivido”. (Pág. 34)

Muchas veces pareciera ser que nuestro proyecto como docentes es simplemente una utopía y que al encontrarnos cara a cara con el Sistema se desfigura y se vuelve borroso. Los alumnos no son los que soñamos, ni las autoridades tienen la mentalidad que quisiéramos que tengan, y chocamos continuamente con una realidad dolorosa pero inevitable. Nos sentimos defraudados y hasta, a veces, arrepentidos de nuestras decisiones. En palabras de Meirieu, “Soy un verdadero inútil y nunca debiera haberme dedicado a esta profesión”. (Pág. 38).

A los jóvenes profesores se nos exigen obligaciones que nos hacen alejarnos de nuestra principal obligación. Pareciera ser que enseñar tiene más que ver con una actuación hasta llegar a tener la sensación de que no hemos cumplido con nuestro trabajo de manera correcta.

Pero Meirieu no nos deja desalentarnos y nos recuerda que a pesar de todo no debemos olvidar nunca el proyecto de enseñar. No debemos bajar los brazos ya que la transmisión en clase aún es posible y tal vez de golpe nuestra profesión adquiera sentido nuevamente.

“(…) no estoy contento de verdad hasta que me acerco un poco a mi fuente interior o cuando salgo de una clase con la sensación de que “ha ido bien”. (Pág. 40)

“Ante todo, seguir siendo profesor…hasta lo más alto de la jerarquía”. (Pág. 40)

“Enseñamos haciendo lo mejor que podemos, en el seno de los dispositivos institucionales que se nos proponen pero nunca debemos perder de vista que el acto pedagógico no puede ser programado por nadie. (…) Aún cuando es previsible, no deja de ser, en el momento en que se produce, increíble.”(Pág.65)

Como dice Meirieu debemos trabajar lo más cerca del estudiante que se pueda, teniendo en cuenta sus dificultades y sus progresos e ideando junto a él una manera para que, dentro de su posibilidades, pueda progresar e interiorizar los saberes. Hay que ocuparse de crear las actividades que lleven a nuestros estudiantes a reflexionar acerca de los contenidos que les enseñamos, que puedan compararlos y enfrentarlos con los saberes que ya dominan, generando siempre en ellos la inquietud y la curiosidad que uno mismo sintió al aprenderlos. Sea cual sea nuestra asignatura es preciso que le brindemos al estudiante los contenidos que le permitirán aprender a pensar, a modificar su interior para generar a partir de allí un nuevo conocimiento. Siempre con exigencia y generando motivación para el trabajo y el aprendizaje.

Tal vez una las dificultades que más nos perturban como futuros docentes es la disciplina o mejor dicho la falta de disciplina de los estudiantes. Niños y niñas que han crecido junto al televisor, poseen una conducta frente al maestro intentado generar en él, lo mismo que hacen cuando se aburren de un programa de tv: zapping. Nuestros estudiantes se han convertido en “consumidores de imágenes” (Pág. 82). Logramos su atención por un momento, pero en seguida la atención se pierde. Para intentar solucionar al menos parte de este problema Meirieu nos propone seguir algunos principios para lograr “un poco de auténtica disciplina escolar” (Pág. 85). Solamente lograremos enseñar si hacemos de la disciplina en clase nuestra tarea. Meirieu plantea que en principio debemos preparar en detalle la clase que vamos a dar, cuidando cada detalle, anticipándonos a las posibles necesidades que puedan surgir en el transcurso de la misma. “Cuidar el entorno” (Pág. 85), si es posible disponer los bancos de alguna manera especial que favorezca la interacción entre los estudiantes, realizar una lista con los objetivos de la clase así los estudiantes saben de antemano que se esperará de ellos. Meirieu también plantea que debemos ser claros en las consignas que les damos a los estudiantes y mantenernos firmes en ellas. Ser concretos e intentar hacerles entender que la disciplina no es una cuestión de caprichos sino que favorecerá al trabajo y a los objetivos del aprendizaje. Debemos crear actividades que le permitan a todos los estudiantes ir rotando en las mismas de manera que todos tengan “su sitio en la empresa colectiva” (Pág.85), y que a partir de cada actividad puedan ir descubriendo nuevas habilidades y puntos de interés.

“Tienes que saber lo que quieres. Si es hacerte querer por ellos, llévales caramelos. Pero el día que te presentes con las manos vacías, dirán que eres un cerdo. Si quieres hacer tu trabajo, tráeles una cuerda de la que tirar, leña que partir, sacos que cargar. El amor vendrá luego, y ésta no es tu recompensa.”(Pág. 90).

No es nuestra misión hacer que los estudiantes nos quieran, sino brindarles los conocimientos de nuestra asignatura, y junto con ellos, enseñarles que es posible hacer un mundo mejor si nos esforzamos trabajando por la verdad, la honestidad, la igualdad de oportunidades, el respeto por el otro, la comunicación sin restricciones, si juntos luchamos para que cada voz, cada opinión sea valorada y escuchada, que todos sean capaces de pensar por sí mismos.

Debemos mostrarles a nuestros estudiantes que, desde el arte, sea cual sea la rama artística con la que trabajemos, es posible un futuro mejor, lleno de creatividad y de esperanza.

Me gustaría finalizar esta reflexión con una última frase, de Fernand Deligny.

“Capaces de todo.

Ahora te toca a ti hacerlo todo.” (Pág. 122)

1 comentario:

  1. Casino - Dr.MCD
    › casino › games › casino › casino 동해 출장마사지 › games › 안성 출장안마 casino Visit Casino. Visit 나주 출장마사지 Casino. Visit Casino. Visit 하남 출장마사지 Casino. Visit Casino. Visit Casino. Visit Casino. Visit 전라북도 출장샵 Casino. Visit Casino. Visit Casino. Visit Casino. Visit

    ResponderEliminar